vieras la calma de este remanso
nidos de niebla ponen las grullas
cuanto más lenta mi vieja balsa
más temblorosas las cartas tuyas
cómo será este rincón un fruto
de tu apariencia dele arborecer
que apenas roza la superficie
traza una esfera y desaparece
trepa el agua al verde en el bambuzal
no era tan difícil
aprendés a cobijarte solo
cualquier cielo es santo
pero ahora está lloviendo
y en medio del río se te extraña tanto
esta invernada nos va a servir
para mezclarnos más todavía
miro los remos hundirse y volver a salir
no hay otro norte que vos
cuando la noche vierte en el alba
o el día apaga su opalescencia
calla el bestiario de los esteros
y halla el silencio la transparencia
trepa el agua al verde en el bambuzal
no era tan difícil aprendés a cobijarte solo
cualquier cielo es santo
pero ahora está lloviendo
y en medio del río se te extraña tanto
esta invernada nos va a servir
para mezclarnos más todavía
miro los remos hundirse y volver a salir
no hay otro norte que vos mi amor mi ojo del sur
desde el cavernoso vientre de la noche
tu flor redentora me arranca de nuevo a la luz