(Sergio Gobi)
su adiós fue un acto reflejo
quedó en el espejo como en un cartel
me acerco un toque y se aleja
me alejo un poco y su piel
teje un delicado encaje
un mapa un tatuaje
en mi propia piel
parece mero contorno
adorno parece venus de oropel
y cuando llega la noche
y se va ahondando después
pasada la quinta copa
se quita la ropa
y encarna otra vez
hay en su voz una rara intemperie
orfandad entenada en guitarras
surge de atrás de un dolor sin edad
y entre las cuerdas se posa y se amarra
juntas entibian la noche tenaz
que es el cielo del alma arrasada
y en una zamba surera
se quedan pa´siempre
como abotonadas